martes, junio 22, 2010
viernes, junio 18, 2010
jueves, junio 17, 2010
Mañana Kira Kariakin estará hablando de "Literatura y web" y echando el cuento de la experiencia Literaria Blog en el 2do Encuentro Web
Estaré mañana en la tarde hablando de "Literatura y web" junto a Héctor Torres, Roger Michelena y Angel Alayón. Estaré echando el cuento de la experiencia Literaria Blog... de resto David Sasakide Global Voices, Olga Berríos, Francisco Pisani, Milagros Socorro, Jesus Nieves Montero, entre otras personalidades del medio periodístico y la web 2.0, venezolanos e internacionales
domingo, junio 13, 2010
LIBREROS.....
"La Escuela de Libreros me parece, en principio, una estupenda idea, porque a despecho de cualquier concepción economicista, un buen librero no es el que vende más libros, sino aquella persona que sabe de libros. Y sólo sabe de libros quien lee mucho y bien."
Mempo Giardinelli
"Las lecturas me llegan a través de una cofradía de lectores que te recomiendan qué leer. Y en esa cofradía un papel preponderante lo tienen los libreros. Compro libros donde hay libreros que sé que me pueden recomendar lecturas. Siempre busqué esa palabra autorizada." Claudia Piñeiro
"El librero, una persona tan distinta desde siempre al mero despachante de libros, es quien tiene la capacidad de alimentar la ilusión de que podemos no perdernos [o al menos no perdernos del todo] en el vértigo cuantitativo de los libros que aparecen." Martín Kohan

"La Escuela de Libreros me parece, en principio, una estupenda idea, porque a despecho de cualquier concepción economicista, un buen librero no es el que vende más libros, sino aquella persona que sabe de libros. Y sólo sabe de libros quien lee mucho y bien."
Mempo Giardinelli
Mempo Giardinelli
"Las lecturas me llegan a través de una cofradía de lectores que te recomiendan qué leer. Y en esa cofradía un papel preponderante lo tienen los libreros. Compro libros donde hay libreros que sé que me pueden recomendar lecturas. Siempre busqué esa palabra autorizada." Claudia Piñeiro

"El librero es un mediador y un promotor de la lectura. Un buen librero opina, aconseja, encuentra para cada lector el libro que necesita. Me parece bárbaro que exista la escuela de libreros. Y yo encuentro todo el tiempo libreros que saben muchísimo y que entienden de qué hablan." Ana María Shua
martes, junio 08, 2010
LA EPIFANÍA DEL LIBRO (FRAGMENTO) METAMORFOSIS DE LA LECTURA , Román Gubern

El libro códice (codex), tal como lo conocemos, nació en el Imperio Romano, a finales del siglo I, aunque coexistió durante cuatro siglos con los tradicionales rollos de origen egipcio. Nació al unir varias páginas de pergamino por el mismo borde lateral, lo que permitía escribir por ambas caras, almacenando así textos más extensos, y evitaba desenrollar un soporte para buscar un pasaje o una frase. Desde el punto de vista formal constituía un paralelepípedo rígido o semirrígido, transportable y almacenable, a diferencia del paralelepípedo visual y virtual que se abrirá tras la pantalla de cine o del televisor siglos más tarde. Soporte físico de memoria artificial, Robert Escarpit llamó al libro «máquina para leer» y, en efecto, a diferencia del aparato de radio o de televisión, que puede estar funcionando sin que nadie lo escuche o lo mire, el libro sólo «funciona» cuando es efectivamente leído por alguien. Y la lectura, como ya dijimos, es un proceso de comunicación visual de signos convencionales (tipográficos desde la introducción de la imprenta) que transportan una información semántica dirigida al intelecto del lector que los interpreta.

La edición de libros es la más antigua de las industrias de comunicación de masas. Y el libro ha sido el vehículo por excelencia de la hegemonía cultural cristiana en la Edad Media, pero también de la Reforma protestante, durante la Ilustración sembró las semillas de la Revolución Francesa y de las revoluciones democráticas en Occidente y luego de las revoluciones comunistas del siglo XX, antes de expandir los provocativos interrogantes de la posmodernidad.
Ya explicamos que el pergamino fue el soporte habitual de la escritura en Europa hasta la introducción de la imprenta en el segundo tercio del siglo XV. Mucho antes de que esto ocurriera, los chinos habían inventado el papel hacia el año 105 de nuestra era. Pero en la batalla de Tales, cerca de Samarkanda, en el año 751, los árabes apresaron a unos chinos que les enseñaron la técnica de fabricación del papel. Su primera factoría papelera se instaló en Bagdad en el año 793, durante el reinado de Harunal-Rashid. Y hacia el año 1100 los árabes introdujeron la fabricación del papel, que era mucho más barata que la del pergamino, en España, cuyo primer molino de producción papelera se instaló en Játiva (Valencia). Pero durante todo el Medioevo el pergamino fue, como dijimos, el soporte literario por antonomasia.

La literatura eclesiástica medieval se producía en gran medida para la recitación pública, de ahí que tuviera un componente retórico más que literario. Sabemos que, en el refectorio del monasterio, un fraile leía en voz alta textos religiosos para su comunidad, para provecho de sus compañeros, que comían en silencio, y sobre todo para los hermanos legos, que no siempre sabían leer. De hecho, los eclesiásticos se distinguían de los demás ciudadanos en que eran casi los únicos sujetos con capacidad lectora, aunque uno puede imaginar sin esfuerzo que no pocos de ellos leían bisbiseando, practicando su esforzada lectura en voz baja, actividad popularizada por los cómics modernos con la expresión mumble sobre la cabeza de un personaje, pues to mumble significa en inglés musitar, murmurar y farfullar. La tradición cristiana atribuye a san Ambrosio, obispo de Milán en el siglo IV, haber introducido la lectura silenciosa, lo que no le impidió ser un prolífico autor de himnos religiosos.

Por esta época en el scriptorium de los monasterios, y en una época en que los copistas eran mucho más numerosos que los autores, los monjes copiaban incansablemente textos sagrados sobre el pergamino. Para ello trazaban una raya vertical roja a lo largo de las iniciales de la parte izquierda de la página, actividad conocida como rubricar (de rubrum: rojo), y sus biblias, misales o breviarios eran ilustrados a mano, obra paciente de los iluminadores (de lumen: luz) y de los miniaturistas (de minium: rojo), que con sus imágenes sagradas en color completaban la labor escritural de los copistas. La orden benedictina adoptó en el siglo VI la regla de que los monjes leyeran libros piadosos en ciertas horas del día y de ahí derivaron los Libros de Horas franceses, que contenían oraciones que debían ser leídas a determinadas horas del día. LL
lunes, junio 07, 2010
miércoles, junio 02, 2010
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